(302 palabras) Uno de los disturbios más famosos de la historia rusa fue el levantamiento de Pugachev, que tuvo lugar en 1773-1775. Emelyan Pugachev se convirtió literalmente en un símbolo de la época, un héroe que luchó por los derechos del pueblo. Y muchos autores utilizaron este evento como base para sus trabajos. Aunque cada escritor tenía su propio punto de vista sobre lo que sucedió en el siglo XVIII.
COMO. Pushkin creó la imagen de Pugachev en su novela "La hija del capitán". Describió al cosaco como un hombre bastante valiente y desesperado, lleno de contradicciones. Es cruel, pero la compasión no le es ajena y ayuda al protagonista en el trabajo. ¿El autor trata de mirar las cosas de manera objetiva, teniendo en cuenta hechos reales, sumergiéndose en el pasado para comprender si esta rebelión era necesaria? Describe todo con claridad confiable, abriendo la cortina sangrienta durante ese período histórico. Y al final, admite que aunque el significado de esta manifestación de la voluntad popular fue grande, sin embargo, es imposible justificar lo que sucedió. Esta rebelión no tenía sentido, estaba condenada a la derrota por adelantado, trayendo solo tiranía y muerte al país.
Si hablamos de Yesenin, en su tragedia "Pugachev" crea una imagen completamente diferente del líder del levantamiento. También le muestra una persona audaz y decidida que cree en sus creencias. Sin embargo, lo romantiza, lo dota de un alma sutil y fundamentos de hierro para una guerra campesina. No hay precisión histórica, el autor no establece una meta para mostrar la crueldad cometida por Pugachev y sus seguidores. Justifica al rebelde, mostrando su increíble deseo de cambiar el sistema existente. Y Yesenin le permite mentalmente hacer algunos sacrificios para lograr lo que quiere. El héroe se convierte en un símbolo de tragedia y logros fallidos, un hombre que se sacrificó a propósito.
Por lo tanto, ambos autores reconocen los méritos de Pugachev, pero Pushkin, junto con ellos, muestra las malas cualidades de un líder, concluyendo que su tiranía en la justicia no superó dolorosamente la monarquía absoluta de Catalina la Segunda, contra la cual la gente común se opuso. Pero la imagen de Yesenin ni siquiera es una persona, sino un símbolo de ira, verdad y fuerza del pueblo ruso.